“Nada es para siempre", reza el dicho popular y nada más cierto, porque las estructuras de madera y sus acabados se descomponen; los metales se corroen; el yeso y las losas se hinchan; los techos se filtran y esto trae en consecuencia: riesgos eléctricos que pueden ser causados por un posible corto circuito de la iluminación y enchufes. Formación de ampollas en la pintura, entre otros.

La impermeabilización soluciona y previene que estos problemas sucedan. Los accidentes no pueden prevenirse, pero una buena impermeabilización se debe hacer antes de que ocurran los daños, o bien, actuar de inmediato una vez que se presenten.

La impermeabilización debe considerarse una inversión útil, ya que es la forma de prevenir gastos y molestias en el futuro.